¿Cuáles son los elementos que como educadores y
padres debemos considerar en la salud emocional de los niños?
Principalmente estimular el desarrollo de hábitos,
actitudes y valores, mediante la adquisición de destrezas y habilidades de
autocontrol, empatía y expresión adecuada de los sentimientos, así como la
importancia de la disciplina.
Esto nos ayudará a que los niños y niñas desarrollen
su inteligencia emocional de manera efectiva, asertiva y sana, para sus
relaciones familiares, escolares y sociales.
¿Qué
implicaciones tienen el estrés en la vida familiar, laboral y escolar?
Este fenómeno interfiere de manera negativa en el
proceso educativo, crea ambientes tensos y genera vínculos de agresión, apatía
y desobediencia. Por ello los adultos debemos enséñales a manejarlos de manera
adecuada, enseñándoles a identificarlo, comprenderlo y disminuirlo tanto en
ellos como los adultos a cargo de estos niños. Así mismo, ponerse como meta
fundamental ganar tranquilidad, mantener el control y evitar la agresividad.
¿Cómo podemos ser educadores y padres emocionalmente
competentes?
- ü Compartir experiencias con otros padres
- ü Enterarse de los descubrimientos de la psicología infantil
- ü Retomar elementos de la educación impartida por sus mayores
- ü Aprenda de los errores y los aciertos de los demás
- ü Conocer a los hijos y alumnos
- ü Confiar en sus propias capacidades como adulto
- ü Dé ejemplo a sus hijos en lo relacionado con el control de las emociones negativas, lo mismo aplica a los docentes.
- ü Dedicarles gran cantidad y calidad de tiempo. Ésta es la base para conseguir que los niños y niñas confíen en sí mismos y crezcan siendo independientes, imaginativos, serenos y amables.
Estas son algunas de las maneras a través de las
cuales pueden desarrollarse las habilidades para transmitir valores, inculcar
hábitos, fortalecer la autoestima, corregir comportamientos y establecer
relaciones buenas y sanas con los hijos y alumnos, ya que si combinamos amor
con firmeza; definimos reglas claras, sencillas, comprensibles y acordes con la
edad; somos consecuentes con las propias actitudes, somos consistentes y
equilibrados a la hora de establecer las sanciones; controlamos y enseñamos a
que ellos controlen sus propias emociones y no damos rinda suelta a los sentimientos
sin prever las consecuencias; y, confiar en las decisiones del niño y hacérselo
saber, favorecemos la comunicación entre padres e hijos y docente—alumnos.
Así mismo, es necesario aceptar que las
frustraciones son necesarias, ayudar a nuestros hijos a enfrentar los
desengaños, permitirles que tengan fracasos de bajo riesgo, no darles gusto en
todo, no ceder ante sus actitudes caprichosas, permitirles que solucionen sus
pequeños problemas, delegarles obligaciones; de esta manera aprenden a ser
responsables, enseñarles a ser persistentes y a enfrentar las dificultades de
la vida.
¿Cómo podemos reafirmar el autoconcepto y el autoestima en nuestros niños?
Para reafirmar el autoconcepto y el autoestima es
necesario ayudarlos a identificar y superar sus debilidades, estimularlos a que
alcancen metas y objetivos; esperar lo mejor de él o ella y hacérselos saber;
valorar sus opiniones, que tengan expectativas realistas, hacerlos sentir
valiosos, y permitirles realizar aquello de lo que son capaces, son tan sólo
algunas de las acciones que nos permitirán llegar a desarrollar estos dos
aspectos.